Guillermina Casero es la hija “desconocida” de Alfredo Casero.
Tiene 37 años y estuvo alejada de su familia durante mucho tiempo por culpa de un matrimonio complicado.
Antes de casarse, había trabajado en la tele y estudiaba para ser locutora.
Pero pasaron cosas.
Ahora, ya separada, quiere volver a lo que había dejado, convencida de que lo mejor está por venir..